sábado, 11 de diciembre de 2010

Malasia, isla de Penang, 4 dias para la visa.

Han pasdo dos meses desde que entre en Thailandia, y estoy aobligada a prologar mi visa, decido irme a Malasia que es gratis y me hacen una nueva visa por dos meses. Y como hasta el 15 de Enero no puedo volver a India es la mejor opcion que tengo.

Ayer abandone Ko thao con un nudo en la garganta, estaba tan a gusto en esa pequena isla con  las personas que me rodeaban, tranquila, sin hacer mucho, pero disfrutando de todo. Con mi casita, que despues de un tiempo viajando de un lado a otro, me aferre a ella como un tesoro.

Sobre todo me costo despedirme de ella, Yoli. Fue mi otra companera, desde que nos conocimos nos hicimos inseparables, con diferente caracter, y diferentes vidas, pensamientos... pero nos comprendiamos de una forma que nos hacia querer pasarla juntas. Ella es una mujercita, atrevida, con  las cosas claras, luchadora y revindicativa, lo que piensa lo dice, esta en kho tao aprendiendo Muhai thai, es el deporte de artes marciales que se practica aqui. Sintiendo cambios en su vida, busca la calma, y la alegria. En estos dias parece que la encuentra.

Me despido y subo al barco, hay un monton de colchones y me toca dormir en la misma cama que un chabal,
-Hello, I think this night sleep together, le digo.jijiji A su novia que esta al lado creo que la broma no le hace mucha gracia, me tumbo y me quedo dormidisima, la noche anterior fue mi despedida y desde que emprendi el viaje no habia festejado en la noche, ni tomado nada, y esa noche fue una locura, que no os contare.
Vamos en  un mini bus, un Malasio monje budista, dos Thailandesas musulmanas, un aleman tipico, gordito y viejito, con una Thailandesa que lo cuida, un chabal con una gorra, parece australiano porque es alto, delgado, nervioso y la sonrisa grande, pero no estoy segura. Un hombre thailandes, callado, y con la cara muy alrgada, y el conductor tahilandes joven, guapito, moreno y nervioso comparado  con la calma de los thailandeses.
Vamos todos a Malasia. Y cuando llegamos a la aduana, me encuentro dentro de la furgoneta todos habian salido y el chabal estaba escondiendo un monton de paquetes en la parte alta de la furgoneta, lo habria con el tornavis y lo volvia a cerrar, me quedo mirandolo estaba sudando, y habia tapado las ventanas con unos cartones de colores, me mira me sonrie y se pone la mano entre los labios, sssssssss.

Y ami, que ya me daba mal royo entrar en ese pais porque hay un control excesivo y unas leyes muy fuertes, -si pillan a alguien con droga o cosas de esas, te cortan la cabeza; habia oido, y  mientras miraba las maniobras del conductor me imaginaba a todos registrados y en comisaria, y yo con mi ingles que va progresando pero muy lentamente, con una sonrisa de oreja oreja, poniendo cara de nina buena para que no me metan en lios de otros.
Cuando pasamos por la fontera de Malasia no pasa nada....

Llego por fin a Penang una isla en el Oeste de Malasia, y que impacto, es un horror, un monton de edificios enormes se ven desde el barco, todo industrial, feo poco cuidado, me recuerda a la salida de barcelona por  Martorell creo que es direccion Vic.

Pero una vez dentro de la ciudad y recorriendo las calles, me encuantro con casitas, comercios,
con calles peatonales, musica en la calle, los edificios han quedado a las afueras, grandes hoteles, empresas... y el ambiente que se respira dentro, es de pueblo, aqui la mayoria de la poblacion es musulmana, se mezclan con cultura china, y  poblacion India,... hay rasgos faciales de mezcla, singulares.  Europeos que han montado negocios, en thailandia si no te casas no puedes montar ningu negocio propio. Penang parece una ciudad de mezcla de culturas. El ingles esta a pie de calle, a difernecia de thailandia, se nota  que nunca fue colonia, y aqui ya hay rastro de los ingleses, lengua... construccion, cultura...
La moneda es el ringi malasio y aun me hago un lio, 4 ringis,= 1euro, = 40 bats = 60 rupias

Hoy hago 28 anos, no me imagine pasarlos aqui, la vida da vueltas inesperadas.Y  encontrar la jungla en esta isla de Penang fue mi regalo:
He conocido a un chico de Holanda, la pasamos juntos hablando ingles, cogemos un autobus por 3 ringi, y vuelvo a ver esos edificios que me crea un rechazo absoluto  por su altura exagerada. Nos lleva hasta unas playas y un parque natural.
 Nos adentramos por los sendereos.., la frondosa montana..., humeda..., descalzos..., caminamos sintiendo el agua..., sintiendo el suelo mojado, las hojas caidas que hunden mis pies a su paso..., la rana , el pajaro y el grillo , forman una orquesta en el gran silencio , y en ese pequeno camino en el que aveces se corta por grandes arboles caidos, palmas, bambus...,  estamos obligados a escalr, a trepar, o arrastrarnos,... nos sentirnos como tigres..., salbajes en la jungla!!!!, que maravilla!!!!!, el olor a montana mojada me hipnotiza, el barro resbaladizo que pasa desde el amarillo casi blanco al rojo, morado, y negro.

Caminamos varias horas en autentica soledad, nos cruzamos con monos, unos son negros grisaceos y otros marrones, de tamano pequeno, pero no nos hacen caso, y cuando nos acercamos se alejan, cuzamos rios y pequenas cascadas, hay arboles creo con mucha antiguedad, de diferentes cortezas, alturas, hojas, colores, pero unos muy altos y anchos y cuando me cruzo con ellos, mis manos se acercan para captar su energia y que me llenen de ella.  Que momentos sagrados en la jungla salbaje. 
Aparecemos en un lago, que se abre  al gran mar,   sus olas feroces rompen en la arena de un amarillo como el trigo seco, junto con el blanco de la sal, ahora mis pies se sumergen en ella, pero el mar esta agitado y camino muy en la orilla, y contemplo el lago rodeado de la gran jungla, el mar, esa bonita playa y ahi solos. Es tan grande, tan intensa.  la sensacion de mi llegada, me  siento especial por encontrar ese lugar divino, preciosa es la tierra.
Al fondo una casa, de madera,  nos acercamos, es un lugar de proteccion de tortugas, a  esa playa se acercan las tortugas, despues de largos viajes por el mar, a poner sus huevos y dar a luz nuevas vidas.

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